Siempre llega un momento en que algún familiar o amigo se quedará a dormir en nuestra casa. Dependiendo de quien sea esa persona, puede ser que te sientas muy feliz o que te de mucho estrés.

¡Es normal! No estamos acostumbrados a que hayan personas extras bajo nuestro mismo techo. Y mucho menos estar 24/7 con las mismas personas, a no ser que sea nuestra familia directa.

Mientras estaba hospedándome en la casa de mi amiga Gemarla sentimos la necesidad de grabar sobre la hospitalidad en nuestro podcast. Así que, lo hicimos.

Sin embargo, luego de la grabación sentía que tocamos el tema muy vagamente y que de algún modo nos habíamos desviado del tema… Pensé que quizás pudimos haber compartido unas sugerencias prácticas de acuerdo a nuestra experiencia. Por eso hoy quiero compartirles un poco más sobre el tema.

¡Pero primero escuchen el podcast! Nada de lo que escribí aquí, está en el podcast, así que dale al botón de PLAY y escucha. Te aseguro que te va a entretener. 😜 ▶️ 🎧 Bueno… Eso creo.

 

Hospitalidad – ¿Te da estrés recibir gente en tu casa?

 

¿Ya escuchaste el podcast?

¡No me hagas trampa!

Ok… Como ya escuchaste…

A lo largo de mi vida se ha quedado muchísima gente en mi casa. Y me he quedado en casa de familiares y amigos otro tanto de veces. Así que tengo muy claro qué es o no aceptable cuando te visitan o visitas a alguien para quedarte a dormir. (Si quieres detalles de eso, escucha el podcast.)

“El verdadero significado de la hospitalidad no tiene nada que ver con lo bien que podamos entretener a nuestros invitados, sino con cuán bien los recibimos. Entretener requiere un poco de esfuerzo. Ser hospitalarios solo nos cuesta abrir la puerta y sonreir.” ETG

Ahora, ¿existen algunas reglas de etiqueta para cuando nos quedamos en casa de alguien o cuando recibimos a alguien? Aunque cada núcleo familiar posee sus propias particularidades, me parece que sí hay ciertas guías que todos podemos seguir.

Cuando una persona se quede en tu casa

  • ¡RELAJATE! Tu casa no es un hotel.
    Tu casa no necesita estar perfectamente organizada y decorada para recibir a tus amigos y familiares. Tampoco necesitas tener un cuarto de huéspedes como se ve en las novelas. Recuerda, tus invitados van a visitarte a ti, no a a evaluar cuan bien decorada o recogida está tu casa. Si esa persona de verdad te ama y aprecia tu amistad, su enfoque estará en pasar un tiempo de calidad contigo.
  • Haz que tu invitado se sienta cómodo.
    Decide dónde va a dormir tu invitado y prepáralo. ¡Reláx! En ocasiones un sofá es suficiente. Recuerda, cuando estamos con amigos y familiares es muy fácil hacerlos sentir cómodos. ¡Ellos lo que quieren es compartir contigo! No esperan un hotel 5 estrellas ni grandes lujos. Ahora… Diles dónde pueden servirse agua, cómo operar la cafetera, qué baño pueden usar y dónde van a dormir. Así dependerán menos de ti y no tendrás que estar pendiente de ellos 24/7.
  • Explica las reglas de la casa a tu invitado.
    Toda familia tiene reglas particulares. No asumas que el o ella las sabe. Por ejemplo: ¿Hay que quitarse los zapatos en la entrada? ¿Está prohibido comer fuera del comedor? ¿Cada persona friega sus platos? Si el invitado ya tiene conocimiento de las reglas, las seguirá sin mayor dificultad… O por lo menos eso se espera. 😉
  • Pregunta a tu invitado si quiere hacer algo especial durante su visita.
    Si te responde que no desea hacer nada en particular, sino solo compartir contigo insiste un poco más. Saber los gustos de tu invitado o lo que le gustaría hacer hará el planificar las actividades diarias un poco más sencillo.
    Por ejemplo: Yo le dije a Gemarla que quería ir a Chick Fil A en el Cow Appreciation Day y ella planificó para llevarme el mismo día que llegué a New York. Ella estaba tranquila porque tenía un plan y yo feliz porque me llevaron a donde quería.
  • Comparte los planes a diario con tu invitado.
    Cada noche planifiquen qué harán al día siguiente. Diles con claridad a qué hora esperas salir y a dónde irán. Además comparte detalles como costo de entrada a atracciones o eventos, detalles del clima y transporte a usar. Así tu invitado podrá vestirse apropiadamente y a tiempo al día siguiente sin causar mayores retrasos en la agenda del día.

“No se olviden de ser amables con los que lleguen a su casa, pues de esa manera, sin saberlo, algunos hospedaron ángeles.” Hebreos 13:2 DHH

Cuando te quedes en casa de alguien

  • Se claro sobre lo que te gustaría hacer durante tu visita.
    El compartir lo que te gustaría hacer le quita un peso de encima al anfitrión porque es algo menos en lo que tiene que pensar. Se claro en tu solicitud, pero se flexible. No llegues con una lista de treintamil cosas que quieres hacer, porque eso es simplemente desconciderado. Hello! ¡Tu amigo (o familiar) no es un Uber ni tu concierge!
  • Planifica actividades solo.
    No pretendas que tu anfitrión esté contigo 24/7. Piensa en lugares que podrías visitar solo sin que tu anfitrión tenga que salirse de su rutina para llevarte. También investiga cómo puedes llegar a su casa sin que el tenga que ir al aeropuerto a buscarte.
  • ¡Fluye! Recuerda que vas a estar fuera de tu zona cómoda. No pretendas que haya un horario a seguir. Mas bien adáptate al horario de la familia que te ha recibido con brazos abiertos. Si  hay niños, recuerda que ellos siguen siendo los reyes de su espacio. ¡Adáptate a ellos!
  • Piensa en las comidas.
    Así como un hotel no incluye las comidas cuando te quedas, no pretendas que tu amigo o familiar te alimente 24/7 mientras estas en su casa. Lleva dinero para costear tus comidas y para pagar una que otra salida con tu amigo o familiar. ¡Es lo menos que puedes hacer luego del gran inconveniente que les estas causando!
  • ¡Pide permiso para sacar fotos! Recuerda que estás en una casa privada. No te corresponde a ti sacar fotos de la casa y mucho menos publicarlas en las redes sociales. La privacidad en el hogar es algo que siempre se debe respetar. Así que, ¡olvídate de sacar fotos por más bella que esté la casa!
  • Evita los ruidos innecesarios.
    Manten un tono de voz apropiado especialmente en las noches. Usa audífonos si vas a escuchar música o ver videos. No tires las puertas.
  • Recoge tu espacio.
    Dobla las sábanas de la cama (o sofá) donde dormiste. No dejes pelos tirados en la bañera o lavamanos. Deja el baño organizado cuando te bañes. Recuerda, ¡No estás en un hotel! Debes ser considerado con la persona que te recibió en su hogar.
  • Se agradecido.
    Recuerda que la mayoría del tiempo es un gran inconveniente tener a alguien en tu casa. Dale las gracias a quién te recibió a pesar de tener que ajustar su rutina diaria. Si quieres ser un poco extra, déjales una nota de agradecimiento.
  • Lleva un obsequio para los miembros de la casa. Siempre es bonito demostrar que estabas pensando en una persona y esta es la ocasión idónea hacerlo. Así que, no llegues con las manos vacías. Por ejemplo: Yo casi siempre llevo café de Puerto Rico y algunas pastelerías cuando viajo a los Estados Unidos.
  • No critiques ni des recomendaciones no solicitadas. Lee con detenimiento, tu familiar o amigo fue muy gentil en abrir las puertas de su casa para ti porque te aprecia, no para que te metas en su vida. Así que reservate las opiniones para ti mismo y no comentes sobre lo que no te han preguntado.

Por último… No importando si eres el invitado o el anfitrión, ¡Disfruta la visita! No todos los días tenemos la oportunidad de pasar tiempo con nuestros amigos y familiares. Aunque en ocasiones la gente que más queremos pueden volvernos locos, el tenerlos en nuestra vida es es una gran bendición. ¡Sácale el máximo a ese tiempo juntos! Construyan memorias que fortalezcan su relación. ¡Disfruta la compañía! No sabes cuando eso se va a repetir, así que ¡RELAJATE! Te aseguro que ese tiempo juntos será más divertido de lo que imaginas.

Cuéntame, ¿Cuándo fue la última vez que recibiste a alguien en tu casa? ¿Te da estrés tener huéspedes en tu casa o lo disfrutas?