No sé a ti, pero a mí me encanta vestir bien. El problema es que tengo gusto de champagne en bolsillo de cerveza. Mi gran fascinación con el mundo de la moda y el buen vestir comenzó en mi niñez temprana. Mi mamá me cosía ropa y en mi casa siempre había revistas de moda como W y el Hola! edición especial de Moda. Siempre fui una niña bien vestida, fuese con las creaciones de mami, con la ropa heredada de mis primas o con los trajes que me compraban en Velasco (esta era el Saks Fifth Avenue boricua de la época). Gran parte de mis salidas con mami consistían en visitas a tiendas de telas, por lo que desde temprano en mi vida aprendí sobre la calidad de las telas, costuras y terminaciones.  Ya en mi adolescencia ella tomaba clases con Carlota Alfaro y aprendí sobre la importancia del entalle en la ropa.

Trabajo como relacionista público, lo que me exige estar bien vestida diariamente, ya que en mi industria la imagen es muy importante. Desde reuniones, eventos al aire libre, visitas a comunidades, trabajo de campo y apariciones en los medios de comunicación, mi guardarropa tiene que ser variado, ya que este debe adaptarse a cada uno de mis días. Como te contara en mi entrada Como Tener un Guardarropa de Revista, utilizo muchas estrategias para lograr vestir bien sin gastar una fortuna.

No me dejo llevar mucho por las tendencias de la moda. Un buen guardarropa – especialmente para la mujer profesional – debe estar cimentado sobre piezas clásicas con buenas costuras y terminaciones y en colores básicos. Sin embargo, vivir en el trópico representa un verdadero reto al adquirir piezas clásicas, pues estas provienen de cadenas de ropa de Estados Unidos y están hechas con telas pesadas, colores oscuros y/o a veces carecen de buen entalle pues están diseñadas para cuerpos muy diferentes a los nuestros. La mujer latina – en promedio – es de menor estatura lo que redunda en piezas que necesitan ajustes, lo cual puede elevar el costo de una pieza de ropa.

Compras Sin Dañar el Bolsillo

Mi calendario para el mes de octubre ha traído un sinfín de actividades y eventos.  Es por esa razón que destiné un presupuesto de $150 para la compra de ropa del mes sin dañar mi bolsillo. De antemano, hice una búsqueda en internet y encontré dos camisas en el web site de Ann Taylor. Cuando me gusta algo, generalmente trato de comprar dos piezas.  La camisa se encontraba disponible en mi talla en el website y también en la tienda de Plaza Las Américas. Pero si iba a la tienda, me costaría menos porque tenían una venta especial.  Con esto en mente me fui de shopping empleando mis estrategias de ahorro.

En mi primer viaje, fui Ann Taylor de Plaza las Américas a buscar la camisa. Me dirigí directamente al fondo de la tienda, ya que es donde ubica el área de venta en la gran mayoría de estas. Conseguí la camisa y esta tenía un 60% de descuento por encima del precio final de venta. De $69.50 (precio original) solo pagué $12.00. Decidí llevármela en negro también, pero ésta tenía un precio más alto. Hablé con el gerente para que me igualaran el precio, pero éste me explicó que la negra tiene mayor demanda por lo que el precio era más alto. Con todo y eso, solo pagué $18.00 y salí contenta porque por $33.45 (impuesto incluido) tenía dos camisas básicas que me sirven para usarlas solas o debajo de un blazer.  En ese viaje también encontré un collar muy bonito en Forever 21 por $7.58 ($6.80 más impuesto). Forever 21 es una tienda que visito con frecuencia cuando busco el último grito de la moda. Tienen muy buena variedad de joyería a bajo precio que puedes mezclar con otras piezas de mejor calidad.

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Con $41.03 gastados y $109 en mi bolsillo, hice una parada dos días más tarde en BCBG de los outlets de Barceloneta; ya que me habían notificado por mensaje de texto que tenían una venta especial con un 30% con la compra de tres piezas. Además, BCBG es mi tienda favorita porque su ropa me entalla perfectamente bien. Al llegar me dirigí al área de venta donde siempre consigo ropa de calidad a muy buen precio y conseguí dos faldas en liquidación a solo $39 cada una (precio original $168).

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También encontré un traje en $89. Ese modelo del traje (Willa) es uno clásico de BCBG. La primera vez que lo vi fue en una foto de la Primera Dama, Michelle Obama. El traje está disponible en varios colores temporada tras temporada, pero en este caso, el color azul marino era perfecto para el evento. El precio original del traje era $368 y yo pagué menos de $70 luego del 30% de descuento adicional por llevar tres piezas… Score!!!

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En BCBG gasté $116.90, lo cual hubiese sido perfecto para mantenerme dentro del presupuesto establecido. Pero al sumar los impuestos, el total ascendió a $130.34 para un total de  $171.37 en todas mis compras de la semana… Me fui $21.37 por encima de lo presupuestado, pero no importa porque, si hubiese comprado todo a precio regular, mi gasto hubiese sido de $947.72 (849.80 + 97.72)… Al pagar solo $171.37 tuve una economía de 82% en ropa de calidad que le daré muchísimo uso y que puedo intercambiar para hacer muchísimos looks.

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Estas son las crónicas de una Guaynabita tratando vivir a bajo presupuesto… Ahora cuéntame, ¿qué te parecieron mis compras? ¿Qué estrategias utilizas para vestir bien? ¿Tienes tú también un gusto de champagne en bolsillo de cerveza?